Las pequeñas empresas aprovechan las ventajas de la psicología en la gestión de los recursos humanos
Los empresarios inteligentes conocen el valor de mantener la salud psicológica de sus empleados recompensando sus logros y abordando de forma justa los conflictos en el lugar de trabajo.
La gestión de los recursos humanos es uno de los aspectos más cruciales del liderazgo de las pequeñas empresas. Al optimizar las contribuciones potenciales de cada empleado y fomentar las relaciones de cooperación entre los distintos miembros de la plantilla, los líderes empresariales son capaces de maximizar la productividad y la eficiencia de sus empresas. Y aunque muchos directivos consideran estas inversiones como gastos frívolos en tiempos de crisis económica, los líderes de pequeñas empresas eficaces emplean técnicas de gestión de recursos humanos que no son ni costosas ni requieren mucho tiempo.
La gestión de los recursos humanos no es sólo el proceso de supervisar a los empleados dentro de una infraestructura organizada, sino que también implica la gestión de la dinámica general entre líderes y subordinados. El departamento de RRHH de una empresa es responsable de cada paso del proceso de empleo, desde la captación inicial de candidatos y la realización de entrevistas hasta la evaluación de sus capacidades y la recompensa por sus éxitos.
De hecho, muchos empresarios consideran la gestión de los recursos humanos como una forma de inversión en capital humano. Este término general se refiere a las medidas adoptadas por los dirigentes de las empresas para garantizar que sus empleados tengan confianza, sean competentes y tengan recursos, tanto en el curso de las operaciones diarias como en sus carreras a largo plazo. Cuando los empleados se sienten como activos valiosos dentro de una estructura corporativa -en lugar de engranajes de la máquina proverbial- es más probable que realicen un trabajo de alta calidad y mantengan relaciones positivas entre oficinas. Debido a estos beneficios potenciales, muchos expertos en pequeñas empresas pregonan hoy la necesidad de invertir en capital humano.
Una de las formas más eficaces que tienen los directivos de las empresas para optimizar el capital humano mediante la gestión de los recursos humanos es facilitar la resolución de conflictos entre los trabajadores. Aunque prácticamente todos los directores de pequeñas empresas se esfuerzan por crear un entorno cooperativo y libre de conflictos para los empleados, en cualquier lugar de trabajo surgen problemas interpersonales.
Los líderes pueden adoptar varios enfoques psicológicos para la gestión de conflictos en el lugar de trabajo. La teoría de la identidad social, por ejemplo, postula que los empleados actúan en su mejor interés cuando los individuos son recompensados; por esta razón, los incentivos como los viajes en grupo y las bonificaciones por departamento animan a la gente a trabajar juntos de forma más eficaz. Otro modelo aplicable es la teoría del conflicto sociocognitivo, que hace hincapié en la necesidad de diplomacia cuando se forman dos o más grupos con opiniones diferentes en un mismo lugar de trabajo. Los empresarios también deben optimizar sus propias relaciones con los empleados gestionando la empresa con eficacia y transparencia.
Por último, se anima a los directivos a reconocer el duro trabajo de los empleados durante los periodos de mayor actividad o estrés. Al reconocer su rendimiento y recompensarlo en consecuencia, los líderes de las pequeñas empresas se ganan el respeto de los subordinados.
Los lugares de trabajo que practican estas formas de gestión de los recursos humanos benefician tanto a los empleados como a la organización. Los empleados que gozan de buena salud física y mental tienen una mayor satisfacción en el trabajo, una moral más alta y una fuerte motivación para rendir al máximo nivel. La empresa, por su parte, se ve recompensada con un aumento de la productividad y la eficiencia, un menor índice de rotación de personal, menos incidentes negativos en el lugar de trabajo (como accidentes y lesiones) y la capacidad de atraer a candidatos de alta calidad para puestos vacantes.
Cuando los directivos de las empresas tratan a los empleados como herramientas necesarias para completar los proyectos, los conflictos en el lugar de trabajo y la negatividad suelen obstaculizar el éxito de la empresa. Sin embargo, si se adopta la actitud de que los empleados son recursos humanos -y se toman medidas para garantizar que los trabajadores funcionen al máximo de su potencial-, los directores de pequeñas empresas pueden obtener enormes beneficios para sus compañías.