¿Está pagando demasiados intereses por sus préstamos?
Un sabio dijo una vez que «pedir dinero prestado es el equivalente a que te cobren intereses por impaciencia». Aunque tiene algo de verdad, el acceso al crédito es también una parte imperativa de la vida de las personas. Financiamos nuestras hipotecas, préstamos para coches, estudios y otros gastos importantes con dinero prestado de los acreedores.
Sin embargo, algunas formas de crédito cuestan más que otras, y la diferencia puede ser a veces sustancial. A continuación, analizamos las normas que rigen la concesión de créditos y cómo puedes aumentar las posibilidades de encontrar el tipo de interés más bajo.
Desde las trampas del mal crédito hasta cómo un portal de préstamos al consumo puede ayudarte a buscar las mejores ofertas, puedes encontrar las respuestas en los siguientes párrafos. Siga leyendo.
¿Cuál es su solvencia?
Su solvencia crediticia desempeña un papel fundamental cuando el banco fija la tasa anual equivalente de su préstamo. Dependiendo del país en el que vivas, la puntuación suele expresarse en forma de dígitos numéricos.
A cambio, las puntuaciones de crédito tienen una relación inversa con el «riesgo de impago». Esto significa que un banco asignará una calificación crediticia más alta a aquellas personas que considere que tienen menos probabilidades de incumplir sus pagos.
Los bancos basan sus tipos de interés en muchos parámetros diferentes, como los ingresos y el índice de endeudamiento de una persona. La contratación de nuevos préstamos también afectará a su calificación crediticia.
En algunos países, estas puntuaciones están disponibles en línea, junto con la información en la que se basan. Por lo tanto, debería empezar por comprobar su propia puntuación y eliminar cualquier posible error de información.
Analizar de antemano las diferentes ofertas de préstamos
Recopilar información sobre los préstamos puede ser difícil y llevar mucho tiempo. Hay que buscar los números en el sitio web de cada banco, junto con las condiciones individuales. Por este motivo, deberías considerar la posibilidad de utilizar un portal de préstamos al consumo.
Estos sitios ofrecen herramientas completas para la comparación de ofertas de préstamos. Suelen estar adaptados a un solo producto, por ejemplo, hipotecas o préstamos al consumo. En los últimos años, muchos de estos portales han llegado a incluir también calculadoras de préstamos.
¿Qué pasa con sus préstamos actuales?
Hasta ahora, hemos hablado de las formas de ahorrar dinero en los nuevos préstamos. Pero entonces, ¿qué pasa con las viejas deudas que llevan años atascando el presupuesto familiar?
La refinanciación es un término que los banqueros y los asesores financieros mencionan a menudo. Significa simplemente pedir un nuevo préstamo y utilizarlo para pagar la deuda existente. La refinanciación puede conllevar varias ventajas, como la reducción de los pagos del tipo de interés o la consolidación de varios préstamos pequeños.
Sí, puede incurrir en una penalización financiera, pero en la mayoría de los casos el ahorro y los beneficios superan con creces las desventajas. Las penalizaciones suelen estar ligadas a la refinanciación de las hipotecas en las que se suscribió un contrato con un plazo fijo, como 15 o 30 años.
Reflexiones finales
La comparación activa de los tipos de interés es una poderosa herramienta para quienes buscan reducir los costes de los préstamos. En combinación con la refinanciación y la consolidación de deudas, puede liberar cantidades sustanciales del presupuesto familiar.
La refinanciación ha cobrado aún más importancia en los últimos meses, ya que los tipos de interés siguen subiendo, lo que provoca un aumento de los costes hipotecarios.
Como regla general, a la hora de refinanciar siempre hay que centrarse en primer lugar en pagar los préstamos que tienen la TAE más alta. Comience por eliminar cualquier deuda no garantizada, ya que estos préstamos suelen ser los más caros. El dinero sobrante debe utilizarse para amortizar más deudas y, de este modo, reducir los cargos totales por intereses.