Señales inequívocas de que debe replantearse su cultura empresarial actual
La cultura corporativa de su empresa no sólo es importante para mantener el flujo de trabajo y garantizar la felicidad de todos. Es la clave del éxito ilimitado. Si la empresa está orientada al crecimiento, es aún más importante poder evaluar adecuadamente cómo se lleva todo el mundo y ajustar lo que no funciona antes de que se produzca una revuelta.
Crear la cultura empresarial que realmente desea que tenga su empresa es todo un reto. Por lo tanto, hay que responder de forma adecuada a cada una de las señales que indican que hay algo que no funciona en la cultura de su empresa. Para ayudarte a identificar las señales, aquí tienes cinco de ellas a las que debes responder, antes de que sea demasiado tarde.
1. Los empleados pierden rápidamente la paciencia
Cuando esto se hace visible para la dirección, ya tienes un problema realmente grande en tus manos. Tanto tú como tus empleados tenéis que daros cuenta de que los éxitos de la noche a la mañana son extremadamente raros. Una empresa que funciona con impaciencia es una empresa al borde del fracaso en la mayoría de los casos.
La impaciencia conduce a decisiones estrechas de miras que alejan a la empresa del panorama general (es decir, la expansión y el crecimiento futuros). La perspectiva y la concentración son la clave del éxito actual y futuro. La paciencia también es clave para mantener a todos contentos y en línea con los objetivos de la empresa.
Cuando la impaciencia empiece a asomar su fea cabeza con regularidad, hay que intervenir, celebrar una reunión con todos y recabar su opinión sobre la causa del problema. A continuación, encuentra una solución amistosa que también se ajuste a los resultados de la empresa.
2. Estás notando la aparición de barreras en toda la plantilla
Los obstáculos pueden presentarse de muchas formas, dependiendo del tipo y la cantidad de negocios que realice, junto con el tamaño de su personal. Supongamos que tiene gerentes que trabajan por debajo de usted y que les ha hablado de un proyecto de expansión bastante grande que va a tener lugar dentro de unos meses…
Un día empiezas a hablar con una empleada nueva y enseguida te das cuenta de que no tiene ni idea del proyecto que se va a realizar. Tras preguntarle a su jefe por qué no estaba informada, te da una excusa del tipo «es necesario saberlo, pero ella no necesitaba saberlo» o algo parecido.
Estos y muchos otros tipos de barreras no son muy alentadores para nadie, y menos para los que están en la parte inferior del tótem de la empresa. Y lo que es peor, todo el personal se contagiará de ello, y rápidamente surgirá un sentimiento de amargura y una actitud despreocupada del tipo «¿A quién le importa?», lo que podría llevar a la caída de la empresa o, como mínimo, a unos índices de rotación abismales.
Tu objetivo como líder supremo de la empresa debe ser erradicar todas las barreras, excepto las más esenciales, para que todos puedan unirse de forma cohesionada y ayudar a catapultarte a la cima (¡o mantenerte ahí!).
3. Tienes la creciente sensación de que ya no le importa a nadie
Teniendo en cuenta lo dicho en el último párrafo, es mejor que sepas que cuando se pone de manifiesto que a más de un porcentaje muy pequeño de tus empleados no parece importarles su trabajo, estás en un verdadero lío. Tanto si se trata de un empleado, como de un trabajador de una fábrica, de un representante de ventas o de un arquitecto, tienen que preocuparse por su trabajo o usted, el empleador, sufrirá siempre las consecuencias.
Algunos empleados no se preocupan por su trabajo, esa es la realidad. Cuando se convierte en la norma, en lugar de la excepción, es en gran medida el resultado de una mala gestión. Valores fundamentales como la motivación, la responsabilidad y el sentido de conexión con usted y con los objetivos de su empresa se esfuman rápidamente cuando esta enfermedad infecta a su personal.
Si pasa por alto la falta de empatía de su personal, lo hará por su cuenta y riesgo.
4. La dirección parece estar pasando por el aro
Si su empresa es pequeña y no tiene más directivos que usted, es de esperar que no tenga que preocuparse por esto. Sin embargo, a medida que la empresa crece, es necesario que surjan nuevos líderes que mantengan el ritmo del día a día. Cuando esos directivos se limitan a fichar, a gestionar en lugar de liderar, a mantener el statu quo intacto en lugar de intentar mejorar las cosas para la empresa y sus empleados, nos encontramos ante otro escenario que conduce a una plantilla desconectada.
Este problema afecta a la eficiencia, la invención y la inspiración en todos los ámbitos. Al fin y al cabo, los directivos no sólo tienen que guiar a su personal hacia lo desconocido con una confianza suprema, sino que también tienen que inspirar a los jóvenes de los peldaños inferiores para que aspiren a dirigir su propio equipo algún día. Así es como se produce el crecimiento efectivo: la preparación desde las propias filas. Cultivando a los mejores, para que su empresa se dispare a la cima de su industria y permanezca allí durante décadas.
Si notas que esto ocurre, es hora de reorganizar tu equipo de gestión. Los que ya no se preocupan (o nunca lo hicieron) deben irse cuanto antes.
5. Nadie en la empresa se esfuerza por alcanzar objetivos específicos
Esto es similar a que la dirección se limite a cumplir las normas. Sólo que con este problema, es en toda la empresa. Y lo que es peor, se trata de nuevo de un problema de la alta dirección. Si no hay sistemas para seguir el progreso de sus empleados, no tienen ni idea de hacia dónde se dirigen. Bien podrían conseguir un trabajo en 7-Eleven por todo el apoyo y la orientación que están recibiendo.
Hay varias maneras de hacer que sus empleados se sientan más comprometidos con el trabajo que están haciendo, como utilizar una de las muchas aplicaciones de compromiso de los empleados disponibles en el mercado y/o asegurarse de programar tiempo con ellos: sentarlos con usted y con su(s) gerente(s) para hacer un seguimiento de su progreso, proporcionarles retroalimentación y darles algo por lo que esforzarse (como gravitar hacia la gestión u otros puestos más importantes dentro de la empresa).
No comprometer a tus empleados y hacerles ver que hay una luz al final del túnel es crucial para tu éxito. También es esencial ofrecer feedback sobre un trabajo bien hecho, o no tan bien hecho como podría ser, para asegurarse de que están mejorando constantemente y creciendo profesionalmente.
Reflexiones finales
No detectar estas señales de advertencia de una cultura corporativa mal arraigada llevará a su empresa a un desastre inevitable en el futuro. Asegúrese de mantener los ojos bien abiertos y el oído atento para asegurarse de que todo el mundo, incluido usted, esté lo más arraigado y realizado posible en el trabajo que todos realizan.